Cosmonautas en este espacio.

28 abril 2011 1 Comentarios

Melodía de Invierno.

Fotografía: Angela Clara Domingo
 En mis manos habitan los tenues latidos
de un corazón maltrecho
que se deshoja al pasar de los días.
Enredar mi sombra al sarcófago
de su noche para sentirla cerca,
quebrar todos los silencios
que se esconden al final 
de su cuello,
ahuyentar las distancias
y encontrarnos al final 
de nuestros sueños taciturnos.
26 abril 2011 2 Comentarios

Lo que nunca te dije. (poema de despedida)

....
Escuchad los pasos agigantados de su sombra dejar huella en las paredes de mi alma.

Hoy le entrego en sus manos el laberinto de mi vida, universo que tracé con cada lágrima exiliada de mis ojos, y fui tan sólo el caballero de la noche que pervivió en sus sueños lánguidos, estoy tan lleno de silencios que mis manos relatan su ausencia, y me asfixio con cada letra que aquí le escribo. Desde acá puedo ver el horizonte perderse en el suspiro que yace en sus boca, y sus besos hibernan en las estaciones de mi vida, primero caen las hojas en el estanque de sus ojos, seguidamente brotan de las calles las estrellas, y así nace la noche en su vientre, que recorre la inmensidad de sus senos. Y yo la extraño terriblemente,  cada verso es una espina en cuya rosa se enredó su silencio.

Por ahora me marcho con mis nostalgias a otra parte, a dónde la arena de mis zapatos no rechine, y a dónde el mar mueva tu barco. Me marcho con una humanidad de silencios queriendo escribirte, pero no puedo arrancarle el susurro al viento.
15 abril 2011 2 Comentarios

Polvo y Olvido.

....
Desperté acariciando su ausencia
en el torso frágil de las horas
que se derriten en la cuenca
de mis ojos .
Y no soy más
que un forajido
aferrado a las líneas rectas
de sus manos
a las pulsaciones vespertinas
que se mueven en su vientre
y corren
como el viento entre las flores.

Entonces jugaremos a ser polvo
y olvido
rayo de nube que se hastía de ser
y ser contigo
pedazo de cielo infinito
que habité
en tiempos
de cordura.


Y sólo me queda su fantasma
que barre
mis nostalgias
mientras que las mariposas
cicatrizan en sus pétalos.

Andrés Mauricio Suárez Acevedo.

13 abril 2011 0 Comentarios

Sed De Su Alma.

....

Se me hace tan lejana e infinita
que la huella de sus manos
cicatrizaron en mi espalda.
Se me hace tan lejana e infinita
que el mar se ha hundido por completo
en sus ojos.
Y tengo sed de su alma.

Retratar todos sus silencios, que son sólo míos
en los lunares de la noche,
escribir también, sobre la textura suave de su lágrima
mi poema de despedida.

Andando entre aceras y avenidas
mi sombra huye de su aliento,
y en el susurrar de sus besos
ha quedado tendido mi llanto.

Se me hace tan lejana e infinita
que no logro descifrarla en un poema,
y los vientos mustios
que persiguen su mirada nocturna
se enredan con facilidad
en su nombre.

Y tengo sed de su alma.
09 abril 2011 0 Comentarios

Marianeta.

....
Ella es Marianeta, la musa a quén hoy le escribo.
Me acostumbré a sus silencios perfectamente elaborados, a los vientos que se mecen la bóveda de sus manos, a las sombras que yacen el muelle de sus ojos, me acostumbré a a mirarla de noche, cuándo su corazón persigue el aullar galopante de sus latidos. Sus lágrimas corren entre el acantilado de su alma, llegan a su boca y allí se plantan, como una flor en cuyo pétalo nace el día. Ella sembró su belleza en mi alma, y sus raíces brotaron de mi pecho, anudando su reflejo a la noche infinita.
03 abril 2011 0 Comentarios

Día primero (sobreviviendo a ti)

...

Querido diario, últimamente no he logrado conciliar el sueño, las noches se me hacen interminables espasmos oculares, que no logran acostumbrarse al vacío de su propia oscuridad. Ayer soñé con ella, sus ojos jadeantes pedían mi auxilio entre calles que encubrían nuestras voces, y el silencio se hacía cada vez más lúgubre. Caminé bajo la tormenta de luces azules y rojas que agrietaban mis latidos desesperados, y sobre las aguas la encontré abatida, las calles se derretían en sus manos, mientras que ella se extinguía lentamente en el ápice de mi lágrima, llevándose consigo mi sombra sincera. Esa misma noche estuve retenido bajo el umbral de su puerta, nunca antes había conocido a una mujer que guardara tantas estrellas en sus mejillas, y sus labios, sus labios sostenían a la pequeña Venecia,que había compuesto para ella con cada gota de lluvia.

Sobrevivir a ella es como una aguja de fuego que arde y flamea llantos, que desembocan en miedos, en nostalgias tatuadas en cada párpado, en cada iris. Nadie ha logrado dar con mi enfermedad interna que brota de las letras que yo le escribo, cada palabra es una infinita tristeza bien concurrida.Me reservo su nombre y todas sus soledades autistas, que se baten en duelo en cada verso, citar por ejemplo a las horas, que trascienden en sus lunares y en su ombligo. Ese ruido áspero es el respirar de las hojas en su vientre, cuyo sueño es una utopía. Su reflejo se pierde en el caer de las luciérnagas, que en su honor trazan epopeyas en las vertebras de los vientos.

Hoy estuve pegado a su ventana, cada bocarada de su aliento perforaba mi epidermis, entonces tendió sobre mí su manto, y cuando desperté ella no estaba, se había llevado mi corazón en un suspiro.


Pequeña luna nuestra, mía.
01 abril 2011 0 Comentarios

Abril.

Fotografía: Fran

Voy a tejer un poema en tus dulces labios, Abril.
Atravesar entonces
 la ventana de sus ojos abatidos,
que confiesan
 flores y esmerladas,
y las hojas se abandonan
en el murmurar
de las calles,
que se hunden en cada pisada
taciturna.

Sus cabellos son tan largos
que de su sombra yo
ya no me acuerdo,
anduve vagando siempre
en su mirada
de destierro,
cuyo llanto se parece al mío.

Sucede
que soy una lágrima
en cada arruga,
en cada verso.
Y me estoy haciendo viejo,
 que se me terminan las metáforas,
Y los astros me han olvidado.

Voy a tejer un poema en tus dulces labios, Abril
Y para mí
serás infinita.

  

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