El coronel anunció el repliegue de su tropa, los doce hombres en pie marcharon entre la multitud de cuerpos boca abajo,
respirando las cenizas, los escombros de la guerra. El último soldado de la fila lucía ostentoso la bandera de la conquista, más adelante se oyó un leve cantico a la gloria ocasionado por la lluvia. A paso corto y sin mucha prisa se desplomó la noche, el día iluminó sutilmente las huellas de la contienda rendidas en el fango; al otro lado de la montaña en donde apenas amanecía.
Cosmonautas en este espacio.
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