Cosmonautas en este espacio.

29 enero 2012 0 Comentarios

Mis Manos Se Confiesan.

Este grito que llevo en los adentros habla de su ausencia, los párpados ya cansados dibujan el camino en donde corre su fantasma. Los retazos de la tarde delinean sobre la cama vacía a dos cuerpos moribundos que arden entre el fuego. Al pie de la escalera se oye al anochecer persiguiendo el perfume amargo de su ceremonia.

No hay tiempo ahora para engalanar los recuerdos, ni para huir volando. No hay tiempo alguno que quepa en estás manos que ya lo han visto todo, desde las hojas secas que esperan en la puerta, hasta los capullos que se amarran a los árboles.

27 enero 2012 1 Comentarios

Un Cuento Con Sabor A Noche.

- ¡Mírame cuando te hablo! ¡Mírame las rodillas, las piernas, las manos, la  boca, la nariz, los ojos! ¡Mírame el alma! pero ¡Mírame! - Y es que sólo tengo unos minutos para hablar conmigo.

-No me mates ahora cuando empiezo a comprender tu carne.-
-Sería inútil hacerlo porque ya estás muerto-
-Nunca he estado muerto, callaba mientras te miraba en silencio, este silencio compartido entre letras que parecen notas cuando escribes e intentas suicidarte.-
-El suicidio es la única puerta a una nueva vida-
-¿Vida?, le llamas vida a morir-
-La muerte es como un niño que me espera en la escalera y ve nevar mientras te escribo-
-No me escribas más entonces, cada trazo me va dando vida, y es tu vida la que está en riesgo-
-No pienso dejar de escribirte, mientras más te escribo, más me entiendo, y más me lleno de vida-

Retiro la mirada y renunció a la cordura que me doblega las piernas y me hace caer como víctima en su sencillez de madre sustituta. Levanto este corazón vacío y se lo entrego al viento para que en sus vértices se graben los susurros de está última noche en la que me confieso frente a sus ojos. Aún recuerdo la primera vez en la que salí a pescar estrellas en ese mar infinito en el que mi corazón volaba, y los grillos parecían que escribían mi nombre entre las hojas, como anunciando mi último suspiro, mientras te escribía en silencio y tu callabas tus manos.
24 enero 2012 0 Comentarios

Cuando Lloramos En Silencio.

Ese instante de naufragio en el que el anochecer nos arranca el alma del cuerpo, ese instante de recuerdos y pasados en el que el susurro de la lluvia ahoga nuestras letras. Te recuerdo como el ocaso en mi ventana, como la flor que crece en el jardín de los lamentos, como un eterno suspiro moribundo entre las manos.

Cuando lloramos en silencio nos empapamos el corazón, queriendo a veces arrancarnos la piel y vestir el alma con nuestro mejor traje, sucede que llorar es tan solo un instante en la memoria y la memoria no tiene un lugar de encuentro para llorar a solas con nosotros mismos. Cuando Lloramos en silencio escribimos sobra la lágrima rota, subimos y bajos los peldaños de la melancolía esperando a que la noche abrase nuestra pena.
19 enero 2012 0 Comentarios

La Tarde Parece Un Animal Herido.

Cae la sombra del día  junto al grito de su asuencia, éstas ventanas como ojos encarcelan su recuerdo en la retina, llueven gotas de silencio y la tarde cae abatida en mis manos. Escribo pedazos de historia con los restos de su cadáver intentando amarrar su fantasma al borde de mi cama, pero la puerta de mi alma yace abierta para las cuervos, y La noche parece asomarse en el  horizonte, trae en su barco su último botín,unos dicen que salió a pescar estrellas y otros que salió a cazar en donde el sol se esconde.
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Cuando Me Enamoré Por Vez Primera.



Cuando me enamoré por vez primera no sentí mariposas en el estomago,cosquillas en la barriga o algo parecido. No soñé ni un instante con ella, no dibujé nunca su nombre en el firmamento, ni quise hacerle un poema, mucho menos una canción que hablase de lo mucho que la amaba; tampoco me entró ese deseo de llenarle el buzón de cartas en su ausencia, ni siquiera el de llevarle flores a su recuerdo.

Cuando me enamoré por vez primera no extrañé ni un momento sus manos en las mías, sus labios en los míos, su abrazo o su sonrisa, es màs, nunca sentí la necesidad de necesitarla porque nunca estuvo en mi cabeza, la lleve tatuada conmigo todo este tiempo en mi pecho. Cuando me enamoré por vez primera prometí no volver a  dibujarle alas al amor ni mucho menos dejar que ese espacio vacío se llene de hojas secas.

Uno se enamora una sola vez, y yo estuve tan enamorado de ella como para no volverme a enamorar nunca de nadie, a menos que me devuelvan el corazón que perdí en mi última aventura.

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