ya he vivido lo suficiente.
Tengo el corazón cubierto
de raíces frondosas y amargas,
que me duelen todas mis penumbras
y lloro,
como lloran todas las cosas.
Vámonos!
escapemos juntos,
que la soledad nos pierda el rastro
que el miedo caiga como gota
en un jarrón sin fondo,
en un jarrón sin fondo,
y que las sombras apaguen por fin
la luz en nuestros ojos.
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