La soledad tenía miedo
y en las raíces de los árboles
yacían las estrellas.
yacían las estrellas.
Del sur llegó la lluvia
a pasos de caballo moribundo,
a pasos de caballo moribundo,
todo a su alrededor se estremeció, incluso
la sombra de un cuerpo
que se tendía
que se tendía
bajo el seno
de un puñado de moscas,
de un puñado de moscas,
y un lúgubre retrato de una rosa
esperando enredarse en los espesos cabellos
de una mujer sin ojos.
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