Cosmonautas en este espacio.

15 mayo 2013

EL JUEGO DEL OLVIDO.

Empecé a quererte un día en que las flores nacieron de mi pecho,  enseguida noté que tus ojos se alinearon con los míos creando una atmósfera habitable. (Nunca me importó hacia donde girara el mundo, si llovía o si los árboles salían volando.)

Al segundo día cerramos los párpados y enceguecimos el miedo... Así nos fuímos amando, tocándonos el alma con las manos. (Nunca me importó hacia donde girara el mundo, si llovia o si los árboles salían volando. )

En el tercer día empezé a quererte un poco más de lo que te quiero, lo supé al mirar el aleteo de un ave que despegó de la ventana. Nunca me importó el vuelo de un ave, pero ése día pude soñar de nuevo.

Los días fueron pasando y las palabras fueron enmudeciendo entre nosotros, quedando tan sólo la ceniza del poema tejido en secreto. Te lo advierto, aquel día sentí frío y el sueño me pesó hasta el alma.

Estoy jugando al olvido, yo te enseñé ¿recordás? es un juego de a uno sólo.

A esta hora mi corazón sufre porque no entiende el juego, el no sabe de abismos o de paisajes desdibujados, tu lo sabías.  (Dispongo de una única noche para explicarlo todo.) (  Nunca me importó hacia donde girara el mundo, si llovía o si los árboles salían volando.) Escúchame bien, el olvido es un trago amargo que debe consumirse antes de la fecha estipulada (tenemos una noche exacta para beberlo completo. Iré alistando las copas) Tomaré tu mano a la distancia y quemaré el primer suspiro, luego seguiremos bebiendo hasta que el anochecer nos tienda su manto y nos consuele hasta quedarnos dormidos. (Suelo matar fantasmas mientras escribo)

No sé que pasará cuando el haz de luz entre en mi habitación ahogue todas tus sombras y apague el fuego. Sí sobrevivo al diluvio que me espera entonces te amo.



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